Auge del salitre (El Comercio 9 de abril de 1915)
El empleo del salitre como fertilizante y componente de materias químicas para la industria bélica hace sea necesitado por las potencias en guerra de un modo angustioso. Antes de la contienda, en Alemania se fabricaba salitre artificial, que se ofrecía a precios muy bajos en los mercados de Europa. Ahora que Alemania no puede ofrecer ese producto los ojos se vuelven hacia Tarapacá, donde la actividad es febril y miles de trabajadores, gran número de ellos peruanos, retornan a laborar postergando la urgencia de regresar al seno de la patria, que los espera.
El gobierno peruano en el salitre de Tarapacá (scielo.cl)
El gobierno peruano había -a partir de la ley expropiatoria de 1875- adquirido 66 oficinas de máquina y 81 paradas salitreras en el Departamento de Tarapacá, que debían ser pagadas en un plazo de dos años. "Los Bancos Asociados emitieron, a nombre y por cuenta del gobierno, certificados nominales y al portador en representación del valor de las escrituras de compraventa de los respectivos establecimientos". Esa operación fue la liquidación de la industria salitrera, donde los empresarios más perjudicados fueron en primer lugar los peruanos-tarapaqueños.
Muchos de estos tenedores de certificados no eran salitreros, sino personas que los adquirieron esperando hacer una ganancia. ¿A quiénes se los adquirieron? Sin duda, a pequeños propietarios; algunos tenían paradas salitreras o simplemente estacamentos, la mayoría peruanos tarapaqueños, que se deshicieron de ellos a una ínfima fracción de su valor con la Guerra del Pacífico.
Estos pequeños propietarios ya habían sufrido la crisis de 1873, donde algunos incluso no tan pequeños quebraron, como los casos de Félix Massardo y Pedro Perfetti. Enfrentaban entonces la competencia de las grandes compañías y después la oferta del Gobierno del Perú, para algunos "debió resultarle un alivio". Como lo anota la Comisión Consultiva de 1880: "Una Asociación de Bancos de Lima proporcionó el capital que fue necesario para comprar al contado las pequeñas paradas u oficinas de sencilla explotación i los enseres i muebles de los grandes establecimientos...". Esta Comisión se encontró con tres tipos de industriales salitreros: "
1° los que habían hecho ventas directas reales;
2° los que solo celebraron promesas de venta; i
3° los llamado productores libres".
Claramente, los pequeños industriales locales estuvieron mayoritariamente en el caso 1°, aunque esas "ventas directas reales" fueron realmente a cambio de certificados.
¿Los salitreros peruanos desaparecieron después de la Guerra del Pacífico?
En el listado de peritos que nombró el Comité Salitrero, para formar la Primera Combinación Salitrera, además de Vernal y Castro había otro apellido de origen peruano, Canelo. Se trataba de Genaro Canelo, dueño de la Oficina San Fernando, quien fuera socio del chileno Daniel Oliva antes de la expropiación.
Otras de las familias peruanas salitreras cuyo apellido se conserva en Tarapacá hasta nuestros días fue la de los hermanos Quiroga. Dueños de la Oficina Josefina, Josefina era una "salitrera, en el cantón de Negreiros, con 22 estacas; tasada por el Gobierno del Perú en 19.000 soles y vendida a éste por Evaristo Quiroga".
Los salitreros peruanos, mientras duraba la guerra, no se atrevían a producir salitre directamente para no violar la ley de expropiación del Perú, por lo tanto, arrendaban sus estacas o vendían el salitre a terceros. Uigarte, Ceballos y Compañía fue dueña de la Oficina San Jorge, expropiada antes de la Guerra del Pacífico y recuperada después. Ugarte, Ceballos y Compañía formó parte de la Primera Combinación Salitrera en 1884.
Quiroga Hnos, en 1906 levantaron una nueva máquina de elaborar salitre llamada Progreso. Luis Lema y Gregorio Quiroga fueron dueños de Josefina a partir de 1911; Progreso seguía operando para el año 1923, bajo la propiedad de Evaristo Quiroga y Hermano.
Otra familia salitrera peruano-tarapaqueña que adquirió fama en Tarapacá fue la apellidada Ossio. Camiña, ex "Saca si puedes" y ex Santiago, fue de propiedad, antes de la guerra del Pacífico, de Candelaria de Montero, posteriormente de Pedro Perfetti y ya en siglo XX pasó al poder de Ezequiel Ossio y sus hermanos. Fue una de las últimas en paralizar en el cantón Catalina en 1948. Los hermanos Ossio formaron The Camiña Nitrate Compañia Ltd.
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