En mayo del 2002 James Kovach llegó a Moyobamba con su esposa Bárbara Ellison, desde Golvein, Virginia, para recolectar, comprar y traficar ejemplares de orquídeas del Peru. En el aeropuerto de Tarapoto ya lo esperaba el taxista José Mendoza. Después de una hora de viaje en el Toyota Corona de Mendoza tenía colectadas algunas orquídeas que se pueden encontrar en las selvas de San Martín.
Llegaron al kilómetro 398 de la carretera Marginal, vivienda del campesino Faustino Bautista y admiraron a una orquídea de color rojo intenso, con pétalos de casi veinte centímetros que semejaban labios carnosos, inmovilizó a Kovach, quien a punto de desmayarse, atinó a decir un sorpresivo y gringo "Oh, my god". "Como en las películas", recuerda Mendoza, testigo del descubrimiento. La transacción no demoró mucho, la hija del señor Faustino le vendió cada planta en diez soles. Así, con la emoción, Kovach y su esposa regresaron a su hotel de Moyobamba pero no avisaron a nadie sobre su hallazgo.
Al día siguiente se acercó a la casa de Lee Moore, un gringo que tiene un vivero en Moyobamba y que lleva décadas en la investigación y venta de flores a Estados Unidos. "Te voy a enseñar algo con lo que se te van a caer los pantalones", dijó Kovach a Moore. "Anda tú nomás", dijo despectiva Zadyth, esposa de Moore. Pero Moore regresó pálido. "Mami, tienes que ver esto", le comentó a su esposa. Ambos quedaron pasmados, era la orquídea más espectacular que habían visto. Entonces Kovach se puso como un loco y empezó a gritar: ¡Esta flor llevará mi nombre!
Sin embargo, Arturo Villena, del jardín botánico Agroriente, ya había descubierto semanas antes el sorprendente ejemplar de orquídea de manos del mismo Faustino Bautista. Tambien unos recolectores le contaron a Zadyth Moore que se había encontrado un nuevo tipo de orquídea y que Villena, su descubridor, se iba a Estados Unidos para inscribirla. Pero Zadyth no les creyó hasta que vio la orquídea de Kovach. Entonces, luego de procesar su información, la señora Moore le confió a Kovach: "Si quieres registrarlo a tu nombre tienes que correr a Estados Unidos porque ya la está vendiendo Janeth Villena (hija de Arturo)".
Al día siguiente Kovach volaba de regreso con la orquídea. Kovach llegó a Miami el 4 de junio de 2002 llevando consigo 300 orquídeas y al menos un ejemplar de una Phragmipedium aun sin identificar, se fue inmediatamente a los Jardines Botánicos Marie Selby, en Sarasota, Florida, donde el director Wesley Higgins lo recibió con otro "¡Oh, my god!". Esa misma noche los expertos de la institución amanecieron estudiando la nueva especie, uno de los descubrimientos más importantes de los últimos cien años. El 12 de junio, los investigadores la publicaron en un número extraordinario de su revista Selbyana, con el nombre de Pragmipedium kovachii.
Renato Villena había informado de su descubrimiento al taxonomista Eric Christenson. En mayo de 2002, Christenson, estaba recibiendo fotografías de esta orquídea, describiendo sus características sin retirar la planta de su hábitat, manteniendo la colección en el Perú. El Dr. Christenson, quien ha publicado dos libros sobre orquídeas peruanas, estudió la planta desde mayo del 2002 y realizó una descripción, envió el manuscrito a la revista Orchids antes que los jardines Selby la describieran en un suplemento. Eric Christenson indica que Kovach conocía del nombre Phragmipedium peruvianum que el proponía y que al llamarla con su apellido estaba cometiendo un delito. La descripción de Christenson demoró mas tiempo en publicarse en Orchids el 17 de junio de 2002 llamándola Phragmipedium peruvianum.
Christenson denunció que no se podía reconocer oficialmente la flor que Kovach había ingresado a EEUU de manera ilegal, pues de acuerdo con el apéndice 1 de la Convención Internacional sobre Tráfico de Especies Amenazadas (CITES) se prohíbe llevar orquídeas de un país a otro.
Fue entonces cuando el Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) se enteró del gran problema. Junto con los miembros del Club Peruano de Orquídeas denunciaron el hecho. Renato Villena y Lee Moore también fueron denunciados por traficar con la Phragmipedium peruvianum y venderlas en EEUU, ya que en el mercado negro podía costar hasta 20 mil dólares.
En el 10 de junio de 2004 el jurado de Tampa (Estados Unidos) declaró a Kovach culpable de contrabando de plantas silvestres en peligro de extinción, así como de posesión ilegal de orquídeas. También fueron acusados los "Jardines Botánicos Marie Selby". Kovach fue condenado a 2 años de libertad vigilada y una multa de $1.000 dólares. Wesley Higgins también fue acusado por la orquídea llamada temporalmente Phragmipedium kovachii. La investigación judicial ha dañado la reputación del Jardin Botainco Selby, que atrae a 160.000 visitantes al año. Varios miembros de la de la junta se retiraron y el director ejecutivo fue obligado a renunciar. Algunos de los principales donantes retenieron sus aportes.
En noviembre de 2006, el doctor Paul van Rijckevorsel ha propuesto eliminar el suplemento de la revista Selbyana del año 2002 que indicaba el nombre Phragmipedium kovachii.
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