Impacto de operaciones petroleras en AMAZONIA Norperuana Por qué se levantaron
Al menos tres fallecidos y 17 heridos dejó esta madrugada un enfrentamiento entre indígenas del pueblo Kukama y policías en los alrededores del Lote 95, ubicado en la localidad de Bretaña, en el distrito de Puinahua, provincia de Requena, en la región Loreto, según reportó el comunicador Jean Martín Murayari, integrante de Periodistas en Red de Convoca.pe, en Iquitos.
Carlos Calampa del Águila, director regional de Salud de Iquitos, confirmó vía telefónica a Convoca el fallecimiento de dos personas, cinco policías heridos y entre seis y siete pobladores heridos, que están siendo trasladados en deslizador desde la provincia de Requena al distrito de Nauta, por una brigada enviada por el sector salud.
“El centro de salud de Bretaña reporta dos fallecidos, una persona de apellido Flores y otro desconocido aún. El señor Flores es poblador de allí y el otro, parece, que son procedentes de comunidades aledañas a Bretaña, Huacrachiro, Las Palmas, San Carlos”, dijo Calampa.
El presidente de la Organización Regional de Pueblos Indigenas del Oriente (Orpio), Jorge Pérez Rubio, confirmó a RPP Noticias la muerte de los tres indígenas Kukama durante una manifestación para exigir el diálogo al Gobierno para reducir la brecha de la pobreza en la región y la distribución de medicinas ante la pandemia.
«El día ayer en la noche fueron a pedir en qué momento se va a dialogar y cómo se haría, sin embargo se dio una gresca con la Policía Nacional, quienes usaron sus armas de fuego y los hermanos solo tenían sus herramientas ancestrales como son las lanzas», manifestó.
Pérez Rubio demandó una investigación para esclarecer los hechos y que las autoridades viajen a la zona y solucionen las demandas.
En las últimas cuatro décadas, compañías petroleras, han contaminado los territorios de los pueblos Quechua y Achuar en el Río Pastaza, los Kichwa del Río Tigre, los Achuar y Urarina del Río Corrientes, y los Kukama Kukamira del Río Marañón, impidiéndoles mantener los medios de vida tradicionales que son fundamentales para su sobrevivencia cultural y física.
Como detalla este informe, la empresa petrolera no ha adoptado las medidas necesarias para que sus prácticas y políticas sean respetuosas con los derechos de los pueblos indígenas. Más bien, a través de sus acciones y omisiones, la empresa petrolera se ha beneficiado de y ha contribuido directamente al contexto de desprotección de los pueblos indígenas originado por el Estado peruano. En los casos que el Estado ha intentado hacer valer los derechos indígenas, la empresa petrolera ha mostrado incumplimiento, pues hasta ahora sigue sin remediar los graves daños ambientales y de derechos humanos que ha causado, y sigue sin contar con un plan o compromiso concreto para hacerlo.
En agosto del 2015 la empresa petrolera abandonó uno de los lotes de petróleo más grandes del Perú, el Lote 1AB/192, sin remediar los graves impactos ambientales fruto de 45 años de explotación, y por los cuales tiene responsabilidad contractual y ética. Los pueblos indígenas que habitan esas tierras y aguas contaminadas no tienen el poder suficiente para exigir una reparación, y la falta de medidas de remediación y compensación por parte de la compañía estaría empañando el intento de la humanidad de defender la dignidad y valor inherente de todas las personas.
Al mismo tiempo la empresa petrolera, ha aprovechado los regímenes fiscales liberales y las reglas de protección a la inversión registrándose en las Islas Caimán y en los Países Bajos. Ha conseguido así maximizar sus ganancias y minimizar la exposición a los riesgos financieros que supone la explotación petrolera en entornos extremadamente frágiles de los que dependen poblaciones vulnerables para su supervivencia.
Este informe examina los daños ambientales, sociales y las violaciones de derechos humanos asociados a las operaciones de la empresa petrolera. Documenta la destrucción de las tierras, aguas y modos de vida, producto de décadas de contaminación ambiental, describiendo cómo las comunidades han sido sometidas a duras tensiones físicas y psicológicas, obligadas a movilizarse constantemente para exigir sus derechos básicos, incluyendo el derecho a la salud y el respeto a sus cosmovisiones. Afloran como temas recurrentes la criminalización de la protesta, la falta de compensación adecuada por el uso de la tierra, y el incumplimiento de remediar los daños causados. El informe narra también las tensiones creadas por la postura de la compañía hacia la participación comunitaria y su falta de respeto hacia las estructuras de autogobierno que los mismos pueblos indígenas han definido, sus federaciones, que trabajan a nivel de la cuenca de río. La raíz de estos problemas yace en la violación de los derechos fundamentales a la cultura, a la territorialidad, y a la libre determinación, una violación reflejada en la negativa de la empresa a negociar de buena fe con los pueblos indígenas.
Nunca se consultó con los pueblos indígenas sobre las operaciones de
la empresa petrolera que los afectarían, ni se buscó su consentimiento en torno a
los enormes impactos que tendrían sobre sus formas de vida, como lo exigen los estándares internacionales de derechos humanos.
La empresa petrolera ha perpetuado las malas prácticas: vertimiento de aguas de producción en los ríos, almacenaje de desechos tóxicos en estanques filtrables, incapacidad de atender los repetidos accidentes en los ductos originados por una infraestructura inadecuada y obsoleta que genera derrames de petróleo, y la falta de remediación de los daños asociados a las sustancias tóxicas que impactan la cadena alimenticia. Estas violaciones han sido documentadas de manera explícita por agencias gubernamentales, monitores comunales, y organizaciones que apoyan a las comunidades indígenas en sus luchas.
La magnitud de estos daños se refleja en las numerosas declaraciones de emergencia sanitarias y ambiental emitidas por el Perú en el 2013 y 2014 a consecuencia de más de 40 años de prácticas irresponsables y destructivas por parte de la empresa petrolera . El plan de abandono propuesto por la empresa petrolera para el Lote 192 fue y sigue siendo inadecuado, ya que no consigue abordar las medidas de limpieza urgentes que se requiere.
Todas las agencias gubernamentales competentes han rechazado el plan de forma unánime. Mientras tanto, la empresa petrolera continúa operando en el Lote contiguo, el 8, donde las tuberías, viejas y corroídas, yacen sumergidas en terrenos pantanosos, y donde los derrames petroleros son cada vez más frecuentes, agravando así la contaminación ya existente.
Yaizha Campanario Baqué
Cathal Doyle
Impactos socioambientales en territorios de pueblos indígenas de la Amazonía norperuana afectados por las operaciones de la empresa Pluspetrol
EL DAÑO NO SE OLVIDA
LINK: https://www.iwgia.org/images/publications/0757_El_Dano_no_se_Olvida_PDF.pdf
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