En su obra "Algo del Perú y mucho de Pelagatos" (1905) de Abelardo Gamarra publicó una crónica de los pregoneros de Acho donde se ofrece "agua de berros", que era un ponche con buena dosis de aguardiente, con limón y azúcar. También el "dcotor panchito" que era el aguardiente de uva. En la espera, los pregoneros toman aguardiente moscatel. En la imagen, una pagina del Mercurio Peruano de 1791, donde cuenta que los pregoneros ofrecen "agua de berros", un ponche muy cargado de aguardiente..
Va a salir el primer toro.
En la plaza no hay donde colocar un grano de mostaza, el mirador de la casa del señor Ingunza y el cerro de San Cristóbal se ven poblados de curiosos; la animación es grande, los vendedores ambulantes la recorren con gran dificultad y mientras que sueltan al bicho, por todas partes se oye estos gritos y pregones característicos:
— "Aqui esta el doctor Panchito" — Dice un hombre del pueblo vestido de chaqueta blanca y sombrero de paja, llevando una botella de pisco en una mano y una copa en la otra.
— "Ya llegó el doctor; de balde es la visita, solo se paga la botica".
— "Agua de berros, agua de berros con bastante goma" — agrega el mismo
— "Aquí está el agua de chicoria, á quien le toca este torito? Llegó el doctor Panchito"
— "Agua de berros con bastante goma".
Mientras por un lado se oye esto, dice otro más allá:
— "A quien me compra un durce, re comvido una botija de agua" — y otro negro detrás en voz chillona
— "El chichero".
— "Una gallina doy por medio" — dice un muchacho que lleva una canasta de butifarras
— "Se va el butifarrero, muchachos"
— "Jardín, jardín, muchacho no hueles" — dice otro, que lleva en una caña larga un sinnúmero de muñecas, flores y banderitas.
— "Piñ lech laé" — grita un coronguino, que va vendiendo helados.
— "Ya llegó el doctor" — repite el otro.
— "Gallina con zeta oso, el butifarrero".
— "Aquí está el endemoniau".
— "El enamorau sin plata".
— "El busca pleito".
— "Aquí está el busca comisaría".
— "La suerte".
— "El almendrero".
Todos estos gritos se mezclan y multiplican por todas partes; y mientras que sale el primer toro, los morenos se apresuran á echarse á pecho algunas copas de rico moscatel. Por fin, se vé al alguacil correr en dirección de les toreros de á caballo á llamar al jorobau. El jorobau se pone cerca de la puerta del toril, su yegua apenas muevelas orejas, atenta á la salida del toro.
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